Libro CONsentido: Bullying

Empezamos con el tema que poco a poco a ganado la importancia que merece y que si bien hace quizá dos  o tres años no había suficiente información, es un término que hoy en día escuchamos casi a diario. 

He sido testigo de bastantes comentarios sobre el tema, hay personas que van del desinterés al extremismo, pero hay pocas que de verdad llegan a comprender el peligro de lo que sucede (y siempre ha sucedido) en la escuela o en las calles, incluso dentro de las mismas casas.

Por lo general el bullying se desarrolla en la niñez, pero se agrava durante la adolescencia, cuando las emociones son más suceptibles y los jóvenes tienen demasiados conflictos como para que los malos comentarios no les afecten más de lo que deberían. Es cierto que una buena autoestima se forma desde la casa, con una familia unida y con buena comunicación, sin embargo todos somos dueños de nosotros mismos, y decidimos qué tanto nos deben afectar las cosas.

Los niños llamados bullies, aquellos que son quienes molestan a los que ven más vulnerables tienen, sin duda, problemas consigo mismos, quizá han sido maltratados, quizá tienen poca autoestima y estar "sobre" los demás los haga sentir mejor o quizá, solo quizá, lo hagan por simple y llana diversión. Claro, diversión sin consciencia, sin embargo, a mí parecer se necesita demasiada información en las escuelas. Tanto para alertar al bully sobre lo que puede estar creando en las personas como para darles a conocer que hay otras alternativas al miedo, al enojo y al rencor.

El tema es extenso, horas y horas se podría ennumerar gran cantidad de causas y consecuencias, sobre todo, se puede debatir quién tiene la culpa: los niños, los acosadores, los padres, los hermanos, la demás familia, la escuela, los amigos, la casa... etc,etc... pero lo importante aquí es hacerle saber a las personas que existen formas de salir de ello sin que haya consecuencias mayores (y sí, con mayores me refiero a que marquen de por vida a una persona, o peor, que acaben con su existencia).

Me parece que somos muchos los que hemos recibido comentarios mal intencionados, y somos todavía más quienes alguna vez los hemos hecho dirigidos a otra persona, incluso sin pensar. No intento justificarlo, lo que quiero hacer notar y siempre me he esforzado por hacer entender en mi opinión sobre este tema es que mientras comprendamos la delgada línea que separa a las víctimas de sus acosadores es fácil de traspasar, por lo tanto debemos considerar que la empatía es la mejor forma de iniciar a comprender una problemática de este tipo y lo más importante de todo, encontrar una solución. Lo más importante es no quedarse de brazosw cruzados, una vez que nos encontramos un caso así se debe actuar decididamente antes de que sea muy tarde.